Mi hombre perfecto con su sonrisa me mata.
Llega y mi corazón se acelera a mil, y si, siento maripositas en el estomago.
Mi hombre perfecto me habla del mundo, me enseña cosas y reímos juntos.
Mi hombre perfecto me llama de cada año un día, y ese momento es increíblemente feliz para mí, no quiero más, un segundo es suficiente para mí.
Mi hombre perfecto luce perfecto, su mirada me atrapa y su cuerpo me seduce.
Mi hombre perfecto cocina para los dos, abre una botella de vino y brindamos juntos.
Mi hombre perfecto no esta ahí, pero esta ahí...
Mi hombre perfecto me escribe notas al trabajo y me cuenta de su día.
Para mi hombre perfecto yo soy su hombre perfecto.